REVISIONES Y CAMBIOS DE ACEITE
Un motor de coche está compuesto de múltiples partes que funcionan juntas y causan fricción, el aceite de motor lubrica las superficies de estas partes, reduciendo la fricción y ayudando a bajar la temperatura del motor, retirando el calor, también ayuda a retirar partículas que se desprenden por desgaste y previene la corrosión del motor.
Desde nuestro taller Neumáticos Agustín Pardo te recomendamos que tomes en consideración:
Necesario
El aceite necesita cambiarse porque el aceite trabaja en un medio muy hostil y tiene que lidiar con altas temperaturas generadas por la combustión del combustible, ya sea gasolina, gasoil o gas al igual que a diario se somete a diversos contaminantes internos.
Así como el cuerpo humano tiene órganos que ayudan a limpiar ese fluido vital, en el motor los filtros de aire, de combustible y de aceite cumplen una función similar, y por eso deben cambiarse.
Los filtros requieren de un mantenimiento continuado, que implica también su sustitución cada cierto tiempo, lo que redundará en un buen rendimiento del vehículo y en un mayor confort del conductor y los pasajeros del mismo.
– Filtro de Aceite: Un filtro de aceite puede obstruirse o bloquearse debido a su uso. En ese caso, el aceite sucio se vierte en el motor, acortando la vida del mismo (al provocar el recalentamiento y la corrosión de ciertas partes del propulsor). Se recomienda reemplazar aproximadamente cada 10.000 kilómetros o en cada cambio de aceite
– Filtro de aire: Si el filtro de aire se obstruye, el rendimiento del motor se reduce, provocando disminuciones en la potencia y un mayor desgaste del motor. Se recomienda reemplazar cada 15 ó 20 mil kilómetros, especialmente en zonas muy urbanizadas (donde se concentran gran cantidad de partículas de polvo y suciedad) o se se circula habitualmente por calzadas no asfaltadas.
– Filtro de combustible: En un vehículo de gasolina, un filtro sucio puede interferir en el flujo de gasolina hacia el motor, provocando un menor rendimiento del propulsor del vehículo, pudiendo llegar en casos extremos a producir su parada total.
En un vehículo diésel, la bomba de combustible y los inyectores son especialmente sensibles al agua. Por ello, el filtro de combustible de los motores diésel tiene la función principal de separar el agua del combustible para prevenir, gracias a un correcto funcionamiento, la corrosión y el desgaste prematuro del motor. La recomendación es reemplazar el filtro de motores diesel cada 20.000 kilómetros y el de vehículos de gasolina aproximadamente cada 40.000 kilómetros.
– Filtro de habitáculo: Si este tipo de filtro no es sustituido con regularidad, el aire del habitáculo no puede regenerarse, ni tampoco pueden ser eliminadas las impurezas que contiene, como el polvo o el polen. Aunque no afecta directamente a la seguridad del vehículo, si puede ocasionar alergias en el conductor y provocar un accidente.
Además, el escaso mantenimiento y sustitución de este elemento puede afectar al rendimiento de los vehículos equipados con aire acondicionado, pudiendo provocar averías en el circuito cerrado del mismo debido a la saturación del filtro.
La recomendación más general es reemplazar al menos una vez al año, especialmente en áreas urbanas o caminos no asfaltados, y si se realiza una utilización intensiva del aire acondicionado o ventilación.